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las manos exhortan
al silencio

alguien presiente
temblar
desde lo opaco
hasta su boca
la soledad

que todo lo conversa

espera ontológica

En lo que espero
vive lo que soy
en lo que espero
vive lo que no soy

discurso entre los labios

....Y claro que ella pinta sus labios de rojo y uno siente un desmayo por dentro, en cualquier parte, de día de noche, con lluvia, en la calle, en el trabajo, en el colectivo, bajo la cama. La boca gana terreno con el color, la boca de ella, solo así, llama así, con esa manera de encender al tiempo en un ansia para morder y morder y hay que inventarse distracciones todas inútiles, como esta, escribir cualquier cosa, rápidamente, sin pensar demasiado, no corregir, escapar de sus labios que no puedo besar, por ahora no, entonces escribo que miro por la ventana, miro sin mirar y la mirada no traspasa el vidrio que en realidad busca la manera exacta de encontrarse frente a ella y besarla, besarla, pero no, vuelta a cualquier parte, al techo blanco, al suelo, mis pies ansiosos, mis zapatos agitados por mis pies ansiosos, la alfombra sucia, tarea: pensar en alfombras indias, en alfombras voladoras con indios que se caen de cabeza al Ganges, pero ella gira, se levanta con la plena conciencia de que el que va a caer al Ganges de la alfombra voladora voy a ser yo, me muestra la boca como una divinidad, no, no, aquí no se puede besar, mejor pensar en los barcos que parten a países lejanos, vientos helados de lugares inhóspitos, pero nunca imaginar detrás un sol esperado, un nombre gritado al alba, la caricia premonitoria, cualquier cosa, aquí no se puede besar, ella es el mundo, mi mundo que crece, pero sucede que a veces quiere pintarse los labios y se los pinta y uno tiene que lanzarse a correr en cualquier dirección si no quiere darse de lleno a la certeza de que es hermosa (no estoy enamorado), de que no puede haber otra cosa que su boca que hace brotar llamaradas de ansias (no estoy enamorado) y hay que escapar con palabras mal ordenadas, pensamientos inútiles, porque así el tiempo no es tan cruel como sus labios, porque al final de esto que escribo me encontrare con ella en cualquier esquina, porque ella como la luz, porque ella, ella, ella, a veces decide pintarse los labios, porque ella ahora los tiene pintados, porque su boca, su boca…

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A Lucy


Cómo escribir, como informar eso que sube en las mañanas y es la mujer que duerme a mi lado, que respira entre los poros del sueño, fuentes imaginarias o países de terciopelo. Como decir eso que sube, sin palabras y roza mis dedos en diurnas sustancias, en perfiles de agua, en sábanas que mezclan cuerpos, perfumes, talerañas de un solo amor entre las manos. Cómo escribir, de que forma, si toda ella sube hasta mi, contemplador y final al vórtice del sueño, entre brazos y piernas, caricias que se divulgan en almohadas, besos que deslizan una blanca ternura en el secreto de la cara.
Esta escritura es inútil, solo puedo tocar de soslayo esa zona de revelaciones, rozarla apenas con mis dedos, hacerme del sabor en plena vigilia, confesar al silencio la vuelta a sus ojos, a su boca entreabierta, al espacio desnudo que sube en las mañanas entre barcos errantes, el lenguaje furioso a la deriva, la telaraña de un solo nombre, de una sola piel, de una sola respiración indómita, tatuándose, dulcemente en espacios indecibles, y entonces como escribir, como decirte eso que sube en las mañanas y sos vos que dormís a mi lado, haciendo temblar la belleza en todo tu cuerpo.

Sin título

Quizá él, no debiera esperar, quizá no tendría que ofrecer la cara al viento, entregarse al hambre, mostrar palabras como harapos, como llaves equivocadas.
Tal vez, esperar, con los ojos al vidrio, masticar el afuera como un espectáculo ajeno, sería lo inútil, la pregunta por la casa que guarecía, ahora que ningún gesto, ninguna palabra, ahora que solo encuentra el mapa de la espera en la música, al suelo, al pozo dónde la mirada piensa en lo perdido, en puertas que se desmayan, en brazos que caen hacia los lados, y siente que es tarde para esperar cuando la desesperanza se anuncia en la boca, como un presagio que delata, el pulso de la tristeza, el llamando a lo ultimo, a lo posible, al silencio.

fragmento

Esta forma de ir hacia la derrota, de buscar el pozo, de invitar a toda inicial esperanza a una caída ultima entre ocultamientos y sospechas. Los muros se levantan al silencio, del otro la distancia, mordiendo la sombra mordiendo, en caídas, sospechas, el barro que completa la boca, mordiendo la sombra mordiendo, lo próximo, lo palpable que se oculta en fragmentos, la derrota, lo profundo, el pozo que invita hacia lo que crece, la sombra de la búsqueda, la sospecha de lo oculto.

deseo

librarse de la palabra
de la sustancia que
devora
el poema
ilumina la extensión
del silencio que arrasa
lo que desea nacer

Poema 3

las manos acarician pájaros
en horas desiertas

así, la ternura
deja caer
plumas, cantos
al silencio pleno
de los días